Hay algo de terapéutico
en estos montes distintos
de todo lo que conocí hasta ahora
quizás el hecho de saber que nunca
veré un ciervo huidizo
o un jabalí retozando
si acaso el sonido de los pájaros
me hará creer que estoy en el zoo
o, mejor aún, en alguna remota selva.
El eterno otoño en la eterna primavera
sueñan con eternizarse
el uno al otro, a sus ritmos
y entonces pienso en quién te puso el nombre
y la cotidianeidad se frena en seco
mientras nos golpeamos todos con el cristal frontal.
Quiero encontrar consuelo en saber
que quién te dio la vida te dio este nombre
eterno
distinto y terapéutico.
